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Actualmente se vive un importante problema de salud a nivel mundial, como bien sabemos desde el 2019 comenzó la pandemia por COVID-19 (SARS-CoV-2). Y aunque en estos momentos diversos países se encuentran en vías de vacunación, estos esfuerzos todavía son insuficientes para contener la emergencia sanitaria, ya que mientras los contagios y decesos no se detienen, a penas una pequeña parte de la población ha sido inmunizada, por ejemplo, el 16.6% de los habitantes de América Latina (hasta el momento de redactar esta entrada).
Por lo tanto, es común preguntarnos qué otras opciones tenemos para protegernos del coronavirus. ¿Los antibióticos son una opción?, antes que nada, debemos recordar que la Organización Mundial de la Salud desaconseja la automedicación para prevenir o curar el COVID-19, lo cual por supuesto incluye el uso de antibióticos. Debido a que estos compuestos son empleados para tratar infecciones bacterias como sífilis o neumonía, ya que algunos de ellos (ej. gentamicina, eritromicina o cloranfenicol) pueden afectar la síntesis de proteínas, pared celular o ácidos nucleicos y por lo tanto la proliferación de las bacterias.
Con base en esto, se puede concluir que los antibióticos no son aptos para prevenir o tratar el COVID-19. No obstante, para tener una respuesta mucho más concreta no debemos olvidar que el SARS-CoV-2, así como otros virus son elementos genéticos móviles. Estos comúnmente se describen como unidades de ARN (ácido ribonucleico) o ADN (ácido desoxirribonucleico) encapsuladas en una envoltura proteica llamada cápside o una membrana lipídica derivada de la célula a la que infectan, dichos elementos se mantienen “inertes” antes de infectar y tomar el control de su huésped, por lo que propiamente los virus no están vivos y los mecanismos que los antibióticos ejercen sobre las células bacterianas no tendrán ningún efecto sobre ellos.
En resumen, para enfrentar y contener la propagación de esta pandemia es importante no automedicarse y acudir con un especialista de la salud al presentar algún síntoma, además de inmunizarse con cualquier vacuna a la que tengamos acceso, así como continuar con el uso de cubrebocas y la sana distancia, lo cual es determinante ya que el hecho de estar vacunado no descarta la posibilidad de contagio.