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Mayo de 2019, la CDMX (Ciudad de México) atraviesa una grave crisis de contaminación, las clases han sido suspendidas en todos los niveles educativos, no obstante, todo indica que los trabajadores asalariados y los obreros no respiran -ellos sí deben presentarse a trabajar con normalidad-; la ciudad es de por sí un lugar contaminado, esto es provocado por la alta cantidad de industrias, la sobrepoblación de personas, el uso excesivo de vehículos privados, la escasa cantidad de medios naturales que filtren el aire como lo son los árboles, entre otras cosas; aunado a todo eso una gran diversidad de incendios que hay en zonas aledañas provocan que los niveles de contaminación se eleven y se declare una contingencia ambiental.
En términos muy simples, cuando en la CDMX se declara una contingencia ambiental, quiere decir que el gobierno capitalino ha declarado que es peligroso respirar el aire y hacer las actividades con la normalidad a la que las personas están acostumbradas.
Motivo por el que el gobierno capitalino se ve obligado a tomar cartas en el asunto y determinar cuáles son las medidas a seguir por él y por la población en general para mitigar la contingencia.
Es una realidad que no debe ser nada fácil gobernar una ciudad, sobre todo en el factor ambiental, ya que muchas medidas que podrían ser benéficas para algunos resultaría perjudiciales para otros.
Me explico mejor: Como gobierno podrías dar incentivos para que las personas utilicen mayormente el transporte público, pero, oh problema, si las personas usan el transporte público de manera cotidiana, no van a consumir combustibles para sus vehículos, mucho menos van a tener la necesidad de comprar automóviles privados.
Es un hecho que la política es sumamente complicada, pero es complicada por el ambiente económico y de intereses individuales en que se desarrolla.
Anteriormente, cada que había una contigencia ambiental, sólo podían circular las personas pudientes económicamente, todos aquellos que tuvieran en su poder un automóvil modelo reciente, las personas que tuvieran un auto viejo o no tan moderno debían pagar los platos rotos, a ellos se les impedía circular bajo el argumento de evitar la contaminación.
Lamentablemente, la industria automotríz es voraz, tiene que estar en constante crecimiento, cada año vender más que el año anterior; pero las personas ya no compran autos nuevos como antes, por muchos factores (precios elevadísimos, inseguridad social, altos costos de mantenimiento y seguro, devaluación inmediata de su compra) ya comienzan a preferir comprar autos usados.
Tenemos un problema… Por un lado, para el “libre” y “correcto” crecimiento de la economía se necesita a la industría automotríz sólida, pero esto sólo se logra vendiendo autos; por otro lado tenemos personas que ya no consumen autos nuevos como antes, por otro lado tenemos la contaminación ambiental como un problema que debe resolverse.
No hay de que preocuparse, hay una solución muy sencilla, y en realidad es apartir de aquí que todo se soluciona.
- El primer paso es una contingencia ambiental.
- El segundo paso es implementar medidas muy drásticas para prevenir y/o corregir futuras contingencias ambientales. Ya está hecho, recientemente se anunció que autos con calcomanía cero y doble cero ya no circularan durante la implementación de un programa llamado “doble Hoy No Circula”.
A raíz de este paso las personas comenzarán a prevenirse a esta situación, pero por supuesto que no dejarán de usar el automóvil. - El tercer paso es seguir fomentando el uso de automóviles.
- El cuarto paso es azotar a la CDMX con contingencias ambientales tanto como sea posible. Ya quedó evidenciado en ocasiones anteriores, venta de gasolina de mala calidad o recientemente los incendios que eran provocados por personas pagadas por quién sabe quién.
- El quinto y último paso es orillar a las personas a comprar autos nuevos, pero tener un auto nuevo ya no será sinónimo de poder circular pese a las contingencias, lo que obligará a las personas a tener que consumir a la de obligatoriamente automóviles híbridos o eléctricos.
Sí, todo este teatro tiene como único objetivo obligar a todos los ciudadanos de la Ciudad de México a cambiar sus autos usados, seminuevos o incluso nuevos que funcionen con una máquina de combustión interna, es decir, que utilicen gasolina o diesel, por autos híbridos (autos que tienen motor de combustión interna y motor eléctrico) o por autos completamente eléctricos.
Quizá en este momento, esta teoría suene demasiado “fumada” o irreal, pero es el tiempo el que da o quita la razón.
FIN.
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